Manifiesto de la UNESCO sobre la Biblioteca Pública.
1972
La Unesco y las bibliotecas públicas
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La Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura fue fundada para
fomentar la paz y el bienestar espiritual actuando sobre las mentes de
los hombres y de las mujeres.
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Este Manifiesto proclama la confianza
de la Unesco en al biblioteca pública como fuerza viva, al servicio
de la enseñanza, la cultura y la información, y como instrumento
indispensable para el fomento de la paz y de la compresión entre
las personas y entre las naciones.
La biblioteca pública
Una institución democrática
para la enseñanza, la cultura y la información
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La biblioteca pública es una demostración
práctica de la fe de la democracia en la educación de todos
como un proceso continuo a lo largo de la vida, así como en la apreciación
de los logros de la Humanidad en el campo del saber y de la cultura.
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La biblioteca pública es el principal
medio de dar, a todo el mundo libre, acceso a la suma de los conocimientos
y de las ideas del hombre, y a las expresiones de su imaginación
creativa.
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La misión de la biblioteca pública
consiste en renovar el espíritu del hombre, suministrándole
libros para su distracción y recreo, en ayudar al estudiante y en
ofrecer la última información técnica, científica
y sociológica.
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La biblioteca pública debería
fundarse en virtud de disposiciones legales precisas y estructurarse de
manera que todos los habitantes de un país pudieran disfrutar de
sus servicios. Es indispensable que las bibliotecas cooperen entre sí
para que la totalidad de los recursos nacionales pueda ser utilizada plenamente
y puesta al servicio de cualquier lector.
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Debería estar sostenida totalmente
por fondos públicos y no debería exigir tasas a nadie por
sus servicios. (Véase 1.13, 1.33-35, 5-4).
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Para lograr completamente sus objetivos,
la biblioteca pública ha de ser de fácil acceso y sus puertas
han de estar abiertas para que las utilicen libremente y en igualdad de
condiciones todos los miembros de la comunidad, sin distinción de
raza, color, nacionalidad, edad, sexo, religión, lengua, situación
social o nivel de instrucción.
Fondos y servicios
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La biblioteca pública debe ofrecer
a los adultos y a los niños la posibilidad de seguir el ritmo de
época, de continuar instruyéndose ininterrumpidamente y de
estar al tanto de los avances de las ciencias y de las letras.
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Presentado de una manera atrayente y puesto
constantemente al día, su fondo debería ser una prueba viva
de la evolución del saber y de la cultura. De este modo, ayudará
a la gente a formar sus propias opiniones y a desarrollar facultades creadoras
y críticas y su capacidad de juicio. La biblioteca pública
les ha de transmitir los conocimientos y las ideas, sea cual fuere la forma
en que estén expresadas.
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Como la palabra impresa es, desde hace
siglos, el instrumento universalmente admitido para la difusión
del saber, de las ideas y de la información, los libros, las revistas
y los periódicos siguen siendo los principales fondos de las bibliotecas
públicas.
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Pero la ciencia ha creado nuevas formas
de soporte para la información que ocuparán un lugar, cada
vez más importante, entre los fondos de las bibliotecas públicas,
que comprenden obras reproducidas en un formato reducido que facilite su
almacenamiento y su transporte, películas, diapositivas, discos,
cintas de audio, y de vídeo para adultos y niños, así
como los aparatos necesarios para su utilización individual y en
actividades culturales.
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El conjunto de la colección debería
comprender material sobre todos los temas para satisfacer todos los gustos,
a diferentes niveles educativos y culturales.
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Deberían estar representadas en
ella todas las lenguas habladas por una comunidad, y debería poseer,
en la lengua original, los libros que revistan importancia mundial.
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El edificio de la biblioteca pública
ha de estar situado en un lugar céntrico, tener acceso fácil
para las personas que padecen deficiencias físicas y estar abierto
a horas convenientes para los usuarios. El edificio y el mobiliario deberían
tener un aspecto agradable, familiar y acogedor y es indispensable que
los lectores tengan libre acceso a las estanterías (Véase
4.8).
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La biblioteca pública es, de un
modo natural, el centro natural de la comunidad, en el que se reúnen
las personas que tienen intereses semenjantes. Ha de poder disponer, pues,
de los locales y el material necesarios para organizar exposiciones, debates,
conferencias, audiciones musicales y proyecciones cinematográficas,
tanto para adultos como para niños.
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En las zonas rurales y en las suburbanas,
debería haber bibliotecas sucursales y bibliotecas ambulantes.
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Para constituir y organizar los fondos
y atender a los lectores, es indispensable que las bibliotecas dispongan
de una plantilla suficiente de personal bien capacitado y competente. Este
personal requerirá una preparación especial para diversas
tareas, como el servicio a los niños y a los minusválidos,
el manejo del material audiovisual y la organización de actividades
culturales.
Uso por los niños
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La afición a los libros y el hábito
de utilizar las bibliotecas y sus recursos se adquieren más fácilmente
durante la infancia. Por ello, la biblioteca pública tiene la obligación
especial de ofrecer a los niños la posibilidad de escoger, libre
e individualmente, libros y otros materiales. Se les debe ofrecer colecciones
especiales, y si es posible, locales independientes. La biblioteca infantil
puede así llegar a ser, para ellos, un lugar lleno de vida y estimulante,
en el que diversas actividades sean fuente de inspiración cultural.
(Véase 4.11).
Uso por los estudiantes
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Los estudiantes de todas las edades han
de poder contar con la biblioteca pública para completar los medios
que les ofrecen los establecimientos de enseñanza. Las personas
que estudian solas son, a veces, enteramente tributarias de las bibliotecas
públicas para satisfacer sus necesidades de libros e información.
El lector minusválido
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El bienestar de los ancianos y de todos
los minusválidos preocupa cada vez más. La biblioteca pública
puede aliviar, de muchas formas, problemas de soledad y deficiencias mentales
y físicas de todas clases. (Véase 1.59-72).
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Un mejor acceso a los locales, el suministro
de auxiliares mecánicos para la lectura y de obras impresas en caracteres
de gran tamaño o grabadas en cintas magnetofónicas, la distribución
de libros en los hospitales y en los hospicios, y el servicio individual
a domicilio, son otras tantas maneras de que la biblioteca pública
lleve sus servicios a los que más los necesitan.
La biblioteca pública
en la comunidad
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La biblioteca pública debería
ser activa y constructiva en sus métodos, demostrando el valor de
sus servicios e incitando a que se utilicen.
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Debería coordinar su labor con
la de otras instituciones educativas, sociales y culturales, comprendidas
escuelas, grupos de educación de adultos, grupos de actividades
recreativas e instituciones dedicadas a promocionar las artes.
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Debería estar atenta a las nuevas
necesidades e intereses que surgen en la comunidad: nuevas categorías
de lectores a los que hacen falta obras de carácter especial, o
una evolución en la manera de concebir las actividades recreativas
que han de reflejarse en el fondo bibliotecario y en las actividades de
la biblioteca.
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